La tasa de homicidios de la Ciudad de México es más baja que la de Portland o Dallas; es una razón por la que los “gringos” vienen aquí
Los extranjeros no vienen por seguridad, pero sería poco probable que hubiera tantos extranjeros si ituación de seguridad desesperada
Foto por Ross McDonnell
Cada noche en la Ciudad de México, unos periodistas se reúnen para correr juntos a las escenas de los asesinatos y tomar fotografías de los cadáveres de tiroteos, apuñalamientos y accidentes automovilísticos. Históricamente conocidos como “los onces”, tras una señal de radio de la policía, los rastreadores nocturnos usan escáneres, contactos policiales y redes sociales para seguir el rastro.
Las fotos y los detalles de las víctimas ensangrentadas son referidas como “la nota roja,” decorando los tabloides, junto a chicas con poca ropa y jugadores de fútbol. También brindan un valioso servicio público que consta en el seguimiento de la violencia, lo que dificulta que el gobierno oculte las cifras de asesinatos. Cuando la narco guerra se intensificó en la década del 2000, fueron los reporteros de la nota roja de todo el país los primeros en detectarla, ayudando a compilar los "medidores de ejecución" de las crecientes pilas de cuerpos.
Este año, afortunadamente ha habido menos cadáveres para fotografiar en la Ciudad de México. Hasta octubre, hubo un promedio de 62 asesinatos por mes en la ciudad, menos de la mitad en comparación con los 133 asesinatos por mes en 2018. Sorprende a algunas personas -considerando el terror de la narco guerra y el derramamiento de sangre en ciudades como Tijuana- pero esta ciudad con mayor índice de asesinatos, ahora reporta menores cifras per cápita de éstos, que gran parte de los Estados Unidos.
La Ciudad de México no solo cuenta con una tasa de homicidios muy por debajo de los puntos críticos de EE.UU., como Baltimore o St. Louis. En 2021, tuvo una tasa más baja que Dallas o incluso Portland, Oregón (que ha sufrido un aumento en los homicidios). Este año, podría terminar en torno al nivel de Austin.
Hay mucho que desenterrar respecto a las cifras de asesinatos, y desglosaré los matices para observar qué es lo que impulsa esta caída. Por supuesto, aquí aún ocurren algunos asesinatos brutales y otros crímenes atroces. También existe un bagaje político: en Estados Unidos, la gente discute si los Demócratas o los Republicanos gobiernan sobre más derramamiento de sangre; y en México, los políticos discuten acerca de quién tiene más culpa por las fosas comunes y las masacres entre Morena y la oposición.
Pero dejando de lado la política, la evidencia parece sólida en cuanto al desplome de asesinatos en la Ciudad de México, además de que la capital nunca sufrió la peor narco guerra que azotó gran parte del país. También afirmaría que la relativa seguridad de la Ciudad de México es un factor importante en la ola de "gringos" que acuden aquí, a menudo para trabajar de forma remota (como muchos que le dan seguimiento a México, sabrán que ha habido un gran aumento de estadounidenses, entre otros extranjeros, en la Ciudad de México desde la pandemia).
Los extranjeros no vienen por seguridad; generalmente buscan un alquiler barato junto con un estilo de vida divertido. Pero sería poco probable que hubiera tantos extranjeros si hubiera una situación de seguridad desesperada como la de Caracas, Venezuela o San Pedro Sula, Honduras. La Ciudad de México es lo suficientemente arriesgado como para ser emocionante, pero no tan arriesgado como para que te disparen.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (o AMLO) expuso este punto en su conferencia de prensa matutina, en la que estuvo acompañado por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para hablar sobre el descenso del índice de muertes. “Cuánto hemos avanzado en el tema de la seguridad”, dijo AMLO. “Por eso han llegado miles de extranjeros a vivir a la Ciudad de México... Son bienvenidos”.
Más adelante en la rueda de prensa, AMLO remarcó que era “una de las ciudades más seguras del mundo”. Esto es una clara exageración, ya que todavía está muy lejos de Singapur o Ginebra. Pero la caída en la cifra de asesinatos en la capital mexicana es un logro que vale la pena mirar, especialmente porque podría ofrecer esperanza para el resto del país.
Sangre y dolor en los números
Pienso que lo más triste en las escenas de asesinatos es cuando las familias llegan y ven los cuerpos de sus seres queridos, la devastación en sus rostros, el dolor absoluto en sus gritos. Parece frío el reducir una pérdida humana a estadísticas. Pero reportar las cifras de asesinatos e insistir en que los gobiernos las publiquen es crucial para comprender la violencia que nos rodea.
Las tasas de homicidio se comparan observando el número de víctimas por cada 100 mil habitantes en un año. Esta cifra nunca va a ser perfecta, pero es la mejor referencia que tenemos actualmente para contrastar el nivel de matanzas en diferentes ciudades y países.
Las cifras de la Ciudad de México no se refieren a toda la expansión urbana de 22 millones, sino al distrito oficial de la capital, ahora llamado CDMX, que tiene alrededor de 9,2 millones de habitantes. El gobierno mexicano mantiene una base de datos del número de asesinatos de los registros policiales y de la Fiscalía, y hay otra base de datos de morgues y certificados de defunción.
El conteo policial registró un pico de 1,597 víctimas de asesinato aquí en 2018, bajando a 1,006 el año pasado. Eso le da a la Ciudad de México una tasa de homicidios per cápita de alrededor de 10,9 por 100 mil en 2021. Este año la cifra se ha reducido aún más.
Comparando las cifras del 2021, la Ciudad de México todavía tiene una tasa de homicidios más alta que Nueva York (que tenía alrededor de 5,7 homicidios por cada 100.000), pero es inferior a Portland (12,9), Dallas (14,6) o Minneapolis (22,1).
Las ciudades estadounidenses con más asesinatos son Baltimore (57,5) y St Louis (65,3), que tienen niveles extremadamente altos, considerando la riqueza y el poder de los Estados Unidos. Las ciudades con más homicidios de México en el 2021 sufren índices espantosos, entre los peores del planeta, como Zamora con 196, Zacatecas con 107 y Tijuana con 103.
Entonces, ¿qué tan confiables son las cifras de la Ciudad de México? Carlos A. Pérez Ricart, investigador del instituto CIDE de México, los estudió y concluyó que los números parecen sólidos, especialmente porque se correlacionan estrechamente con los certificados de defunción.
“Los homicidios los contabilizan tanto las autoridades sanitarias como las judiciales, por lo que es muy difícil jugar con esos números”, me dice. “Es realmente difícil argumentar que todos estos números son maquillados. No me la creo”.
Otra teoría es que los cuerpos no se encuentran porque están desaparecidos. Esto realmente ha sido un problema en partes de México, con fosas comunes por todo el país, incluida una en Veracruz con cráneos de 298 víctimas.
Han habido algunas narcofosas excavadas en los límites de la ciudad, y hubo un macabro descubrimiento de 42 cráneos en una casa en el barrio de Tepito en el 2019. Pero en general, ha habido muchas menos narcofosas y más pequeñas que en Veracruz, Tamaulipas, Durango o Guerrero. Carlos también sostiene que no hay evidencia de un aumento repentino de desapariciones en la Ciudad de México, ya que la tasa de homicidios ha disminuido.
Carlos señala que las encuestas también muestran una marcada mejora en la percepción de seguridad en la Ciudad de México desde 2018. Con tus propios ojos, puedes ver que la capital es claramente diferente de las ciudades llenas de cicatrices en la frontera o los pueblos perforados por balas de la Sierra Madre. Tienes muchas menos posibilidades de encontrarte con personas armadas, escuchar disparos o ver un cadáver, y simplemente no existe esa sensación extrema de miedo.
Entonces, ¿por qué la Ciudad de México ha escapado a lo peor de la narco guerra? ¿Y qué ha mejorado desde 2018?
La presencia del cártel, no control del cártel
El ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, (quien gobernó de 2012 a 2018) insistió reiteradamente que en la capital no había cárteles -o delincuencia organizada grave- como los hay en Sinaloa o Michoacán. Esto es evidentemente falso. Personajes de todas las mafias importantes han sido arrestadas en la ciudad, desde los hijos de Mayo Zambada y Vicente Carrillo hasta terratenientes del Cártel Jalisco Nueva Generación. También hay pandillas locales, como la infame Unión Tepito y el Cartel de Tláhuac.
Sin embargo, aunque los mafiosos realmente estén aquí, no operan como lo hacen en sus zonas claves. La Ciudad de México no es un territorio estratégico para producir drogas (como en la Sierra Madre), o para traficar drogas hacia Estados Unidos (como en la frontera).
En Culiacán, el crimen organizado ejerce un inmenso control de su territorio, con vigilancia en cada esquina y sicarios en casas de seguridad. En la capital, sin embargo, los operadores de Sinaloa pueden desaparecer en la densidad urbana. Es más bien un lugar para hacer tratos, reunirse con contactos en el gobierno federal y lavar dinero.
También se habla de una pax-mafiosi en la capital, un acuerdo entre los grandes narcos para no pelear aquí. No he escuchado esto directamente de boca de personas del crimen organizado, pero esto es posible, incluso tal vez como un acuerdo informal de que hacen negocios y no van a la guerra como en Tijuana.
Otro factor es que México es un país fuertemente centralizado y todas las agencias federales están aquí, junto con la mayor parte de personas con poder político y directores de grandes empresas. Estos poderes fácticos no quieren problemas en casa. Las fuerzas federales no permitirán que un convoy de 100 sicarios incendie la avenida Insurgentes como lo hacen en Zacatecas.
Luego está la policía de la Ciudad de México. Mientras que las provincias tienen un revoltijo de cuerpos municipales y estatales, la capital cuenta con una sola fuerza de unos 80 mil oficiales, una de las más grandes de América Latina.
Al igual que con las fuerzas policiales en todo México, existen problemas de corrupción y violencia (incluida la violencia sexual). Pero desde la década del 2000, la policía capitalina se ha desplegado de manera más táctica en áreas con un alto índice de criminalidad con base en sistemas de "compstat". Esto fue influenciado por la política de ventanas rotas de Giuliani en Nueva York, luego de que el propio Giuliani se desempeñara como consultor para la Ciudad de México en 2002, cuando AMLO era jefe de gobierno.
Big Brother está mirando
La jefa de gobierno Sheinbaum, maravilla de AMLO, ganó el poder en 2018, cuando el crimen aumentaba bajo Mancera e hizo de la seguridad un foco central de su plataforma. Una de sus políticas clave ha sido aumentar masivamente el número de cámaras en la calle, de 14 mil a 80 mil, y aún continúa.
El investigador Carlos Pérez ha estado estudiando este esfuerzo y cree que ha funcionado tanto, como disuasorio, como herramienta para la policía, que los observa en un gran centro “C5”. “Creo que no hay otra ciudad en América Latina con tantas cámaras”, dice Carlos. “Realmente compro el argumento de que esto ha sido relevante... la policía sí usa estas cámaras para resolver crímenes”.
En 2019, Sheinbaum también nombró al exagente federal Omar García Harfuch como el principal funcionario de seguridad de la ciudad, y se ha ganado la reputación de ser el duro que persigue a delincuentes. Esta fama se potenció en el 2020 cuando sobrevivió a un intento de asesinato por parte de presuntos sicarios del Cártel de Jalisco, quienes lo emboscaron en la madrugada con una Barrett, matando a dos de sus guardaespaldas.
En una visita al barrio de Tepito, veo cómo son sus operaciones policiales en territorio. En los alrededores de la calle Peralvillo, considerada el corazón de las operaciones del crimen organizado de La Unión, la policía ha establecido una presencia permanente, con vehículos blindados en las esquinas y decenas de uniformados. La policía también controlaba la entrada a la vecindad, o un edificio residencial, donde se habían encontrado los 42 cráneos (junto a un altar satánico)
García Harfuch tiene una controvertida historia. Su abuelo fue un oficial revolucionario que luchó junto a Pancho Villa, solo para convertirse en el Secretario de Defensa que supervisó la masacre de estudiantes de Tlatelolco en 1968. Concretamente, García Harfuch participó en reuniones en una base militar en Iguala tras la desaparición de 43 estudiantes de magisterio allí en 2014. Él niega haber actuado mal, pero otros funcionarios han sido acusados por un presunto encubrimiento.
Aún así, Sheinbaum es actualmente la candidata más popular para suceder a AMLO en la Presidencia en 2024. El éxito en la reducción de asesinatos en la Ciudad de México seguramente será un factor importante a su favor, y si gana, podría llevar a García Harfuch al escenario nacional.
Los problemas de violencia y cárteles en todo México están en una liga diferente a la de la capital y parece poco probable que solo las cámaras y la presencia policial hagan una diferencia. Pero al menos tener un ejemplo sólido en la tasa de reducción de asesinatos en una parte de México podría ayudar a los políticos, de cualquier banda, a ver que es posible elaborar mejores políticas para enfrentar el derramamiento de sangre.
CrashOutMedia 2022, Photos by Ioan Grillo, except top photo Ross McDonnell, altar photo SSP release.