Los Presos Ayahuasqueros en México
Al mismo tiempo que un río de fentanilo atraviesa la frontera, el gobierno mexicano enjuicia a curanderos indígenas.
Mientras crecía entre el pueblo Shipibo-Conibo de la selva amazónica de Perú, José Campos se hizo curandero a los 24 años de edad y empezó a trabajar con la infusión sicodélica, ayahuasca, misma que considera una medicina extremadamente potente. Durante las últimas cuatro décadas ha realizado ceremonias de ayahuasca en su tierra natal, en donde el brebaje, que se elabora con base en una combinación de dos plantas, es reconocido como patrimonio cultural y es legal.
Sin embargo, el pasado 9 de marzo, Campos llegó a México en avión trayendo consigo cuatro kilos de ayahuasca en forma de pasta, y fue detenido por oficiales de la aduana y elementos de la Secretaria de la Marina. “Les mostré la medicina y les dije qué era. No intenté ocultarla,” me dice Campos. “No pensé que hubiera problema”.
Durante décadas, los viajeros han traído ayahuasca de Sudamérica a México sin mayor complicación. Es utilizada en ceremonias a lo largo de la república que cuentan con cada vez más aceptación general, sobre todo entre personas que buscan sanarse de traumas o adicciones.
Pero en esta ocasión, los funcionarios de la Marina realizaron pruebas con la pasta y llevaron a Campos ante la fiscalía federal quien le acusó de narcotráfico. Podría recibir una sentencia de hasta 25 años de cárcel.
“En la vida, hay retos, y éste es uno que tengo que enfrentar,” comenta Campos en el gigantesco Reclusorio Norte en la Ciudad de México. “Entre los presos encuentro a muchas personas con traumas profundas. Es un ambiente intenso. Es como si estuvieras tomando medicina todos los días.”
Campos, de 64 años de edad, es una de ocho personas que fueron detenidas en el 2022 con ayahuasca después de volar a México y ser acusadas de narcotráfico. Todas las detenciones se hicieron después de que la Marina tomó el control de la aduana en aeropuertos estratégicos, ostensiblemente para combatir la corrupción. En ruedas de prensa enfocadas en la lucha contra los narcos, el gobierno de México ha incluido las incautaciones de ayahuasca.
Los ocho presos ayahuasqueros en México, de los cuales cuatro son de comunidades indígenas, se encuentran enredados en la guerra contra el narco, en un momento en el que los carteles asesinan a miles de víctimas y están muriendo números récord de estadunidenses por sobredosis. En cambio, mientras que cantidades enormes de drogas sintéticas peligrosas como el fentanilo y la metanfetamina atraviesan la República Mexicana, las fuerzas de seguridad parecen haber arrestado a estos curanderos para completar el número de detenciones. No solamente las posibles largas sentencias carcelarias resultan desmedidas, sino también existen bases sólidas para desechar estos cargos por completo, puesto que la ayahuasca no es ilegal en México.
Pepe Ramos, abogado integrante del equipo defensor de Campos, explica que los reglamentos relevantes en materia de narcotráfico en nuestro país están basados en el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de las Naciones Unidas de 1971 que fue firmado por México. Este Convenio no prohíbe de manera explícita la ayahuasca u otras infusiones similares. Sí designa como sustancia controlada a la DMT (dimetiltriptamina), un ingrediente activo que se encuentra en la ayahuasca. No obstante, el Consejo Internacional para el Control de Narcóticos, el órgano a cargo del Convenio, ha dictaminado que la ayahuasca es exenta y si algún país desea prohibirla debe de aprobar legislación específica, medida que México no ha tomado.
“Ha aclarado expresamente que existen ciertas medicinas tradicionales … que no son parte de este convenio,” señaló Ramos. “No se trata de un área gris. Simplemente no es ilegal en México.”
Para la última semana de enero está programada una audiencia con un juez federal para desahogar evidencia en el caso de Campos. El resultado podría establecer un precedente para los casos de los otros siete acusados.
Otro de los encarcelados es el peruano Lauro Hinostroza, famoso curandero y fundador de un instituto de medicina tradicional en su país. Sus simpatizantes, entre ellos algunos alumnos del curandero, han realizado protestas, y un grupo internacional que representa comunidades indígenas ha presentado un escrito exigiendo su liberación.
En diciembre una periodista le preguntó al Presidente Andrés Manuel López Obrador acerca del caso de Hinostroza durante La Mañanera. El mandatario dijo que tomaría cartas para asegurar la liberación del curandero, aunque su respuesta fue algo ambigua y no hizo mención de los otros presos.
“Vamos a buscar que se libere”, dijo López Obrador. “Seguramente consideran que es una droga y por eso lo detuvieron … Lo otro es que, de acuerdo a lo que decidió la Suprema Corte sobre el uso de estas hierbas, no tengo más elementos.”
Los casos ayahuasqueros en México subrayan debates más amplios acerca del uso de las drogas y la ley que están a flor de piel a lo largo del mundo. En la última década, ha habido una ola de legalizaciones de mariguana en gran parte de Estados Unidos, además de otros países como Uruguay, Canadá y Tailandia. Sin embargo, las expectativas de que esta situación lleve directamente a la legalización generalizada de las drogas se han visto frustradas en muchos casos.
Al mismo tiempo, existen problemas graves en Estados Unidos con opioides, incluyendo el fentanilo que empezó como productos comerciales surtidos por las farmacéuticas. En contraste, el uso de las medicinas tradicionales, como la ayahuasca, está en auge, al igual que el interés en ellas por parte de las farmacéuticas.
En México, centenares de personas realizan ceremonias de ayahuasca en la actualidad, tanto para nacionales como para extranjeros, algunos de los cuales vienen aquí específicamente para participar en ellas.
Conversé con dos curanderos mexicanos, un hombre y una mujer, que hacen ceremonias en donde los participantes beben la infusión en la tarde y “viajan” en el transcurso de la noche acompañados por el sonido de percusiones y el aroma de palo santo. No se anuncian; solo trabajan con personas que llegan por recomendación. Se sienten preocupados de que la comercialización excesiva de la ayahuasca pudiera resultar en que la gente consuma la planta bajo condiciones inadecuadas.
“No es una droga recreativa que puedes tomar por tu cuenta, porque te la podrías pasar mal,” señaló la curandera. “Siempre he sentido que es como una misión, que la gente tenía que saber de esto. Es un salto grande. Puedes estar años meditando y no llegas al nivel que puedes alcanzar en una sola noche con la ayahuasca, abriendo la conciencia, el corazón y el espíritu.”
“Trabajamos con pacientes,” agregó el curandero. “Personas con depresión. Personas con adicciones. O personas que sencillamente quieren expandir sus conocimientos. Hemos trabajado para traer el conocimiento de la selva aquí … es una forma de ver la vida”.
Las próximas audiencias podrían ser fundamentales para establecer un precedente en cuanto a la ubicación de la ayahuasca dentro del derecho mexicano; si puede ser reconocida como una medicina legítima tan reverenciada por estos curanderos o si queda encapsulada en la misma categoría que las drogas sintéticas que están haciendo tanto daño.
Independientemente del dictamen de los jueces, probablemente continúe el debate a nivel internacional sobre la ayahuasca y dónde encaja dentro del marco caótico que regula a las drogas peligrosas, las farmacéuticas y las medicinas tradicionales. Por su parte, Campos ve un conflicto entre las prácticas indígenas y los intereses poderosos. “Hay una lucha constante contra el sistema,” señala.