Ibiza: Capital del rave, el sexo y el éxtasis
España (y Europa) hacen la vista gorda ante el MDMA y los clubes; es bueno para el negocio
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No estaba seguro de quiénes eran los dealers más sospechosos que vendían abiertamente montones de éxtasis y cocaína en San Antonio, Ibiza, justo enfrente de donde vendía entradas para la discoteca Amnesia. Venían de toda Europa (y de sus barrios más feos) y de más allá: malandros de Nápoles, drogadictos andaluces, contrabandistas marroquíes, yardies de Cardiff y, por supuesto, “scousers”, con el mejor acento de Liverpool.
Me llamó la atención que no se pelearan por el territorio, sino que formaran fila, a menudo anunciando sus productos a los chicos en shorts y chicas en bikini. Había un flujo interminable de clientes y todos los dealers ganaban dinero a manos llenas.
La pequeña isla de Ibiza, frente a la costa española del Mediterráneo occidental, alberga la mayor concentración mundial de clubes de rave, o música electrónica de baile. Entre ellos se encuentran UNVRS (antes Privilege), con capacidad para la friolera de 10.000 personas, Amnesia, con espacio para otras 5.000, el legendario Pacha y docenas más. No todos los fiesteros están drogados, pero muchos sí. Se estima que los fiesteros consumen en conjunto 40.000 pastillas de éxtasis por noche, lo que equivale a unos 3,7 millones durante los meses de mayor afluencia de junio, julio y agosto.
Entre temporada alta, Ibiza vuelve a ser una isla tranquila con algunos ricos y algún que otro rezagado viviendo entre pueblos pesqueros. En verano, se llena de turistas tomando pastillas y polvos, agitando los puños en el aire durante días, fiestas de espuma en topless junto al mar a las dos de la tarde y, como se llama el cóctel, sexo en la playa.
Pasé dos meses vendiendo entradas para discotecas en Ibiza en el verano de 1999, después de dar clases de inglés en Madrid y antes de irme a México y empezar a hacer narcoperiodismo. Es un espectáculo digno de ver. Y el turismo rave no ha hecho más que crecer desde entonces, y el servicio de ambulancias de Ibiza anunció este mes que corre el riesgo de colapsar debido a la demanda de los ravers que se desploman en malos viajes.
Al igual que en México (y Estados Unidos), en Ibiza se producen frecuentes redadas de narcotraficantes, pero el tráfico de drogas continúa a plena vista. Los dueños de discotecas y hoteles se enriquecen con el turismo rave y no quieren causar problemas. Las entradas para las noches de discoteca pueden alcanzar los 100 euros solo para entrar, lo que significa un millón por noche para Privilege, incluso antes de poder disfrutar de las bebidas y las mesas VIP. Con las discotecas ganando tanto dinero, se han convertido en el poder financiero de la isla, como lo son los casinos en Las Vegas. Incluso...
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