Incendio en Los Ángeles
La reacción más significativa hasta el momento contra Trump 2.0 se produce en California, provocada por las redadas de ICE; Trump intensifica la situación rápidamente
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Agentes de la Patrulla Fronteriza con camuflaje verde se congregan en una histórica comunidad mexicoamericana. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realiza una redada en el Distrito de la Moda. Manifestantes marchan con pancartas de "Chinga la migra" (chinga la Patrulla Fronteriza y el ICE). Alborotadores cubren una patrulla con pintura en aerosol y le prenden fuego. El presidente Donald Trump ignora a un gobernador por primera vez desde 1965 para llamar a la Guardia Nacional. Balas de goma alcanzan a periodistas, uno en directo por televisión, otro obligando a un fotógrafo a ser operado. Jóvenes hacen señas de pandillas frente a un vehículo en llamas. Saqueadores roban zapatillas. Y la bandera mexicana ondea entre las llamas de Los Ángeles.
La reacción más significativa hasta ahora contra Trump 2.0 no ha provenido de los pasillos de Washington ni de los campus de las mejores universidades. Ha estallado en la Ciudad de Los Ángeles, que es la segunda metrópolis más poblada de Estados Unidos y a menudo se le atribuye ser la segunda ciudad con mayor población de mexicanos después de la Ciudad de México (aunque para afirmarlo hay que incluir tanto a los nacidos en México como a los de ascendencia mexicana, lo cual ya genera un debate acalorado).
Las tensiones políticas son tan intensas como las llamas en las calles. «Una ciudad estadounidense que una vez fue grandiosa, Los Ángeles, ha sido invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales», escribió el presidente Trump. «Ahora, turbas violentas e insurrectas invaden y atacan a nuestros agentes federales para intentar detener nuestras operaciones de deportación».
Manifestantes, expertos y políticos replican que Trump provocó los enfrentamientos para movilizar a las tropas. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, afirmó que el «despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles ha sido una escalada caótica». El gobernador de California, Gavin Newsom, fue más directo. «¿Qué demonios están haciendo? Estos tipos tienen que madurar. Tienen que parar. Y tenemos que contraatacar», declaró Newsom a MSNBC. «Vengan a por mí. Arréstenme. Acabemos con esto de una vez».
Las noticias llegan con tanta rapidez y furia, y se politizan con tanta rapidez, que es difícil ver a través del humo. Pero quiero centrarme aquí en tres temas sobre estos sucesos incendiarios: la represión migratoria que desencadenó los enfrentamientos; la respuesta militar; y cómo México se ve arrastrado a la confrontación.
¿Deportaciones masivas?
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