Cuini y los narcotestigos de Ayotzinapa
Bajo AMLO, los investigadores dieron dudosos beneficios a operadores de los cárteles, incluido el cerebro financiero del CJNG, lo que tergiversó aún más el caso de los estudiantes desaparecidos
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En mayo de 2021, soldados y agentes federales acudieron al penal de máxima seguridad de México, conocido como El Altiplano, para recoger al presunto capo del narcotráfico Abigael González Valencia, o “El Cuini”, y trasladarlo a una cárcel de la Ciudad de México. Cuini, acusado de ser el cerebro financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación, obtuvo el traslado por haberse convertido en colaborador de los investigadores mexicanos en uno de los casos más horrendos de la historia del país: la desaparición de 43 estudiantes de magisterio de la escuela de Ayotzinapa en 2014. Su colaboración le ayudaría a retrasar durante años su extradición a Estados Unidos, donde fue acusado de tráfico de metanfetamina y cocaína, entre otros delitos.
Sin embargo, en agosto de este año, soldados mexicanos llevaron a Cuini a Washington como parte de una “expulsión” masiva de 26 miembros del los cárteles cártel que, según el gobierno mexicano, representaban una amenaza para la seguridad nacional. Cuini era considerado de tal importancia que el director de la DEA, Terrance “Terry” Cole, fue personalmente a escoltarlo fuera del avión esposado.
Existe una gran duda sobre qué proporcionó Cuini a los investigadores para resolver el caso de Ayotzinapa, si es que proporcionó algo. Si bien Cuini era un importante operador del cártel en Jalisco, la desaparición de los 43 estudiantes fue perpetrada por el cártel Guerreros Unidos, en colaboración con la policía de la ciudad de Iguala, a cientos de kilómetros de distancia. Funcionarios del gobierno mexicano han hecho declaraciones confusas sobre el papel de Cuini y no han presentado ninguna prueba concreta ni testimonio suyo sobre las desapariciones.
Un exinvestigador federal que trabajó en el caso Ayotzinapa declaró a CrashOut que Cuini no aportó nada. “Puedo garantizar que no le importó ni madres en ayudar en la investigación”, dijo. “Era del cártel equivocado”.
La cooperación de Cuini podría ser otra mancha negra en una investigación problemática sobre una atrocidad histórica.
El expresidente Andrés Manuel López Obrador, o AMLO, hizo algunas afirmaciones desconcertantes sobre el papel de Cuini en el caso Ayotzinapa. En 2024, escribió una carta a los padres de los estudiantes desaparecidos, en la que confirmó haber retrasado la extradición de Cuini, pero afirmó que la demora formaba parte de un acuerdo con otro testigo colaborador, Gildardo López Astudillo, conocido como “El Cabo Gil”.
Gil es presunto jefe de sicarios de Guerreros Unidos y, según AMLO, ayudó a identificar los restos de dos de los estudiantes desaparecidos. Sin embargo, que un testigo exija al gobierno que proteja a un importante capo de otro cártel sería un acuerdo extraordinario. Gil también es un testigo controvertido que fue arrestado, liberado y arrestado nuevamente, y cuyo testimonio es cuestionable.
Cuini y Gil son dos de varios operadores del cártel que se beneficiaron mientras supuestamente colaboraban en el caso Ayotzinapa durante el sexenio de AMLO, que concluyó el año pasado. Son un síntoma de problemas más profundos en la investigación.
La atrocidad ocurrió durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto el 26 de septiembre de 2014, cuando los estudiantes se aventuraron en la ciudad de Iguala, en una región productora de heroína, para intentar tomar el control de autobuses que los llevarían a una protesta. La policía local los detuvo en la calle y se cree que los entregaron a la mafia Guerreros Unidos, que traficaba heroína a Chicago. Otros miembros de las fuerzas de seguridad también podrían haber estado involucrados.
Solo se han identificado los restos carbonizados de tres de los estudiantes desaparecidos, mientras que los otros 40 siguen desaparecidos. (Otros tres estudiantes también fueron asesinados esa noche. Puede leer un relato detallado del ataque aquí). El horror del crimen, la inocencia de las víctimas y la imposibilidad de encontrarlas lo convirtieron en un símbolo de la violencia que asolaba México y del sistema de justicia quebrado.
La elección de AMLO en 2018 impulsó un cambio genuino en la estructura de poder y prometió resolver el caso Ayotzinapa. Creó una comisión de la verdad, presidida por su antiguo aliado Alejandro Encinas, y una unidad especial de investigación, inicialmente encabezada por Omar Gómez Trejo, quien había trabajado en derechos humanos para las Naciones Unidas. La fiscalía acusó al ex fiscal general de Peña Nieto, Jesús Murillo Karam, quien afirmó haber descubierto la “verdad histórica” de Ayotzinapa, de encubrir el caso, y aún se encuentra bajo arresto domiciliario.
Sin embargo, la nueva investigación sobre Ayotzinapa adoleció de diversos problemas, como el uso cuestionable de testigos del narcotráfico, la presunta falsificación de pruebas clave y el manejo irregular de los presos. Si bien el caso Ayotzinapa fue descuartizado durante el gobierno de Peña Nieto, se complicó aún más con el de AMLO.
El testimonio de los testigos del narcotráfico se utilizó para emitir varias órdenes de aprehensión contra soldados y funcionarios, que fueron desestimadas. Una de ellas fue contra el ex fiscal general de Guerrero, Iñaki Blanco, por crimen organizado en 2022. Blanco, abogado con experiencia en importantes casos en México, declaró a CrashOut que la orden se basaba en acusaciones absurdas y fue fácilmente desestimada.
“La única prueba para emitir esta orden, que considero aberrante, fue el testimonio de un criminal [Gil] plagado de errores e inconsistencias”, dijo Blanco. “Tienen que transparentar cual fue el procedimiento que siguió en esa entonces la unidad especial para otorgar esa calidad a tanto delincuente. Obviamente, un delincuente te va a decir lo que tu quieras escuchar. Son capaces de vender su alma al diablo para alcanzar su libertad”.
¿Quién metió a Cuini en el caso?
Fiscales estadounidenses también hacen tratos sospechosos con testigos del narcotráfico como escribo en esta historia. Sin embargo, incluso bajo esos estándares, el acuerdo con Cuini plantea interrogantes. Las acciones de los investigadores aún son confusas, pero repaso lo que he descubierto sobre las intrigas aquí...
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